domingo, 22 de noviembre de 2009

Ley de ADN, un paso adelante

La ley de ADN compulsivo se aprobó el miércoles pasado. Casi tapada por la discusión de la Reforma Política, ésta raglamentación fue interpretada por los organismos de derechos humanos como un paso más hacia el esclarecimiento de los hijos y nietos desaparecidos durante la última dictadura militar. La discusión en los temas controversiales nunca acaba. Se puede recoger miles de opiniones y ninguna será inválida. ¿Tiene derecho una persona a saber su identidad? Si, claro que lo tiene, es uno de los derechos que poco a poco estamos recuperando. Pero también una persona tiene derecho a su privacidad. Por lo tanto, lo que se espera es que esta nueva herramienta que tendrá la Justicia sea utilizada con el mayor de los compromisos para no dañar a nadie y siempre ir en busca de la verdad. Resulta un tanto dudoso, en este país, donde los jueces son tan contradictorios como las los temas controversiales, que no surja un caso donde se vea afectada alguna de las partes. Será cuestión del aprendizaje infinito que tiene la sociedad que cada avance en el marco de los derechos humanos se desarrolle en un clima de paz y reconocimiento mutuo de la libertad de todos como ciudadanos y personas.
Al final, lo que todos buscamos es recomponer un pasado trunco por un presente de discusiones para que el futuro no nos encuentres haciendo las preguntas equivocadas.

martes, 10 de noviembre de 2009

El paro de subtes y la teoría del tiempo

A partir de la inauguración de los nuevos carriles de la Ruta 2, para llegar a Atalaya, a 200 kilómetros de la Capital, se tarda aproximadamente dos horas. Para quién realiza este viaje, con sombrillas y atestado de valijas, rumbo a sus vacaciones, esas dos horas pasan sin sentirlas. Dos horas, Buenos Aires - Atalaya. Desayuno con medialunas y en dos horas más, Mar del Plata y alpargatas.
Albert Einstein decía que el tiempo, como concepto, es relativo. Depende del caracter cognitivo con el que cada uno cargamos. Einstein tiene mucha razón. Dos horas para comerse una factura camino a la costa no son las mismas que uno tarda para viajar en el 168 por Capital Federal en el recorrido Villa Pueyrredón - Constitución. Ni hablar que, en vez de las sabrosas medialunas, lo que uno se come son caras largas hasta el último escalón del colectivo, que miran con ojos de pocos amigos y brillan del sueño perdido por llegar en horario al trabajo.
Martes. No hay subte. El conflicto que llevan adelante los trabajadores que reclaman la personería gremial derivó en el noveno paro en los últimos dos meses. La medida de fuerza se extenderá hasta el miércoles a las 5 de la mañana y se prometen más cortes para la semana que viene. Son las 7 am. Veinte tipos esperan el bondi donde suele haber siempre tres. El 168 llega con demora; los usuarios mufan, resoplan, se pelean con una lagaña, bostezan, se abanican con el diario, suben, se aprietan, mufan, resoplan, se pelean con una lagaña, bostezan, se empujan y bajan. La máquina, bienvenidos a la máquina canta Floyd en el mp3.