La Presidente de la Nación, Cristina Kirchner, dio a conocer ayer el proyecto por el cual se oficializó la reforma política que promovió el 9 de julio tras las elecciones donde su partido, Frente para la Victoria, sufrió un duro traspié. Las pro y contra de esta ley usted las pudo, puede y podrá leer en cada uno de los medios (se recomienda todos para que no se coma solamente la porción con dulce de leche y chocolate y se quedé sin probar la de crema y frutilla). En definitiva y en general, la ley viene a reparar lo que en el 2001 se rompió, explotó y quedó hecho una ensalada de huevo y perejil (sobre todo este y en plural): el bipartidismo. Aquí, está la crítica que el oficialismo deberá rever si busca conseguir que la ley se vote; la idea de coartar, estrangular, acotar el surgimiento de nuevas fuerzas no es la mejor solución al mal que aqueja a la Argentina. Por otro lado cabe destacar que, con o sin intención, el proyecto pone de nuevo en el primer plano la participación ciudadana en las diferentes corrientes políticas por medio de la afiliación que será un instrumento clave para que el partido pueda disputar un lugar en las elecciones. La militancia, eso que en la época militar fue desarticulado por el genocidio y la represión de Videla y cía. va a volver a ocupar un espacio que jamás debió perder. Aquí es donde se unen las pro y las contras.
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Hace 10 meses